
El veganismo es más que un estilo de vida, es un imperativo ético que reconoce a los animales no como cosas sino como seres sintientes, con derechos básicos como lo son el derecho a la vida, a la libertad y a la integridad física. Por lo que, el veganismo rechaza toda forma de explotación hacia los animales, ya sea para alimentación (carnes, lácteos, huevos), vestimenta (cuero, lana, pieles, seda), entretenimiento (circos, zoológicos, caza, pesca) o vivisección.
El termino veganismo fue creado en Inglaterra en 1944 de la contracción de la palabra veg-etari-anismo. Pero el concepto comienza a gestarse miles de años antes, tal es el caso de Pitágoras y sus discípulos.

El veganismo no reside meramente en el mundo de las ideas, no sólo se posiciona éticamente objetando la explotación animal, como así también la contaminación producida por los criaderos y los problemas de salud ocasionados por la ingesta de animales, sino que además se traduce en la práctica en la toma de decisiones más éticas, sanas y respetuosas con la naturaleza.