EXPERIMENTACIÓN EN ANIMALES


La vivisección o experimentación in vivo parecería que son prácticas arcaicas que pertenecen al pasado. Pero en este mismo momento millones de ratones, ratas, conejos, primates, gatos, perros y otros animales están aprisionados en jaulas en laboratorios al rededor del mundo. En donde son obligados a ingerir o inhalar sustancias tóxicas, se les inducen enfermedades, se les echa químicos corrosivos en los ojos y piel, se les abre el cráneo para implantarles electrodos, son quemados, fracturados, electrocutados. Después de soportar estos terroríficos y dolorosos procedimientos son puestos nuevamente en la celda sin siquiera administrarles analgésicos. Lo único que pueden hacer es esperar al próximo procedimiento que será realizado en ellos. El dolor y el estrés pueden llegar a causarles comportamientos de tipo neurótico como girar en círculo incesantemente, balancearse de adelante hacia atrás y hasta morderse a sí mismos. Después de padecer una vida de tormentos, serán asesinados.

La experimentación en animales no sólo es extremadamente cruel, sino que es una pérdida de tiempo y dinero ya que los datos obtenidos no son útiles por no poder ser extrapolables a los humanos, porque las reacciones fisiológicas varían enormemente de una especie a otra. Es así que, la manera en que una sustancia reacciona en el organismo de un ratón no dice nada de cómo esa misma sustancia va a reaccionar en el cuerpo humano. Existen mejores alternativas a la vivisección como es el caso de la experimentación in vitro que consiste en chips con células humanas en donde se recrean a microescala la estructura y función de órganos; y la experimentación in silico que son sofisticadas simulaciones en computadora que replican la biología humana. Los resultados obtenidos en este tipo de experimentos son más relevantes y confiables ya que pueden predecir de manera precisa las respuestas fisiológicas del cuerpo humano.

La experimentación en animales es una industria multimillonaria: se testean medicamentos, aditivos alimentarios, cosméticos, productos de limpieza del hogar y de higiene personal. Como consumidores lo mínimo que podemos hacer es dejar de financiar a aquellas empresas que torturan animales y en su lugar apoyar a aquellas empresas que garantizan la seguridad de sus productos mediante el uso de la tecnología. En Argentina, como en muchos otros países, el mercado está dominado por un puñado de empresas internacionales que poseen decenas de marcas. Así que cuando se camina por la góndola de un supermercado parecería que hay una gran variedad de opciones, pero en realidad la mayoría pertenecen a unas pocas empresas: Unilever, Procter & Gamble, Johnson & Johnson, S.C. Johnson, Reckitt Benckiser. Todas ellas experimentan en animales.

Lista en PDF de empresas que testean en animales de PETA.org
Lista en PDF de empresas que no testean en animales de PETA.org
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